En «Mi Holocausto, Philomena Franz«, el director David Navarro, nos ofrece una perspectiva única sobre la historia de Philomena Franz y su experiencia en Auschwitz, utilizando entrevistas, imágenes de archivo y animaciones para crear una narración impactante.
En esta entrevista, profundizamos en su enfoque creativo para conectar al público con esta conmovedora historia.

En «Mi Holocausto, Philomena Franz,» utilizaste una combinación de entrevistas, imágenes de archivo y animaciones para contar la historia de Philomena Franz y su experiencia en Auschwitz. ¿Cuál fue tu enfoque creativo para lograr que esta historia fuera impactante y conmovedora?
Más que buscar el impacto lo que quería es que la audiencia conectara con Philomena, que se sintiese parte de su historia, algo así como una sensación envolvente, de ahí la idea de utilizar las animaciones y las imágenes de archivo para recrear el relato y conseguir crear esa “atmosfera” que lo envuelve de principio a fin y que te transporta en determinados momentos a la memoria de Philomena.
Este cortometraje es el testimonio poderoso de Philomena Franz y su experiencia como superviviente del Holocausto gitano. ¿Cómo te acercaste a la narración de esta historia y cuál fue el mayor desafío que enfrentaste al dirigir este documental?
Llevaba ya tiempo queriendo dirigir un proyecto propio, mi trabajo normalmente suele ser técnico ya sea en edición, operador de cámara, foquista… Tenía ganas de crear algo. La historia llegó a mis oídos de manos de Virginia Maza (Traductora y guionista del documental) porque iba a traducir el libro de memorias de Philomena (Entre el amor y el odio).
Al escuchar su historia y saber que seguía con vida, a sus casi 98 años, decidí ponerme en contacto con María Sierra (Catedrática de historia contemporánea de la universidad de Sevilla, directora del estudio histórico y guionista del documental) para proponerle la idea de hacer el documental dentro del marco del proyecto BESTROM sobre los intercambios culturales y la contribución gitana a los espacios públicos europeos.
El mayor desafío fue sin duda alguna la edición. Editar en una lengua que no es la tuya es difícil, pero si a eso le sumas que no controlas nada el idioma… todavía más difícil. En eso tuvo una importancia clave el trabajo de Virginia Maza como ayudante de montaje, sin ella el relato no habría podido montarse.
El documental se ha destacado en festivales de cine y ha sido nominado para los Premios Goya. ¿Cómo ha sido la recepción del público y la crítica, y qué significado tiene para ti que esta historia esté recibiendo reconocimiento?
Nunca pensábamos que llegaríamos a ser candidatos a los Goya la verdad. Pero si he de destacar un punto de inflexión en la trayectoria del documental creo que sería la selección oficial en el Festival de Málaga. Aquello fue como un toque de atención, algo como un “esto va en serio, el documental gusta y está funcionando”.
Es una historia que conecta, que te obliga a empatizar y que te deja cautivar. Philomena era una persona muy especial con una sensibilidad única que creía en el amor sobre todas las cosas y eso es algo con lo que el público se queda. Todas las críticas que hemos recibido sobre el documental suelen coincidir en una cosa, en Philomena, ella es la razón por la que funciona y gusta el cortometraje, porque lo que estás viendo es puro, es real, sin artificios, se te meto dentro y te hace reflexionar.
«Mi Holocausto, Philomena Franz» arroja luz sobre una parte menos conocida de la historia del Holocausto, el sufrimiento del pueblo gitano. ¿Cuál es el mensaje que esperas que los espectadores se lleven después de ver este cortometraje?
Creo que más allá de lo obvio y del reconocimiento del genocidio gitano, me gustaría pensar que cada espectador va a quedarse con una pequeña parte de Philomena.
En tu trabajo como director, has contribuido a preservar el legado de Philomena Franz y su testimonio. ¿Cuáles son tus planes futuros en términos de proyectos cinematográficos que aborden temas históricos o sociales similares?
La verdad es que el genero documental no era algo que entrase en mis planes, pero me ha gustado mucho la experiencia. Ahora mismo estoy moldeando lo que podría ser el siguiente proyecto que será también documental y muy probablemente largometraje.
¿Quieres decir algo o saludar a alguien?
Me gustaría reivindicar el formato del cortometraje, un formato que tiene mucha vida y que no deja de ser una pequeña porción de cine, el corto es cultura y tenemos que cuidarlo, es importante invertir en cultura y cuidar del cortometraje.
A través de su documental, el David Navarro ha logrado capturar la esencia de Philomena Franz y su historia, lo que ha llevado a la destacada recepción del público y la crítica, incluyendo la nominación a los Premios Goya. La historia de Philomena, su mensaje de amor y la importancia de preservar el legado gitano en la historia del Holocausto son elementos clave que resuenan en este cortometraje. David también anticipa futuros proyectos en el mundo del documental, demostrando su compromiso con la preservación de historias significativas. Además, nos recuerda la importancia de valorar el formato del cortometraje como una parte vital de la cultura cinematográfica.
Trailer de «Mi Holocausto, Philomena Franz»