«El Día de la Bestia» (1995), dirigida por Álex de la Iglesia, se ha erigido como un ícono del cine español contemporáneo. Esta película presenta una mezcla audaz de géneros que abarca el terror, la comedia negra y la sátira social. Con su estilo distintivo y su narrativa provocadora, la película se adentra en las profundidades de la psicología humana y la búsqueda de la redención en un mundo apocalíptico.
Trailer de «El Día de la Bestia»
Análisis de la trama
«El Día de la Bestia» presenta una trama intrincada y lúdica que lleva al espectador a un viaje sorprendente a través de la oscuridad y la comedia negra. El protagonista, Cura (Álex Angulo), es un sacerdote que se sumerge en el mundo de las profecías apocalípticas después de interpretar el libro del Apocalipsis de la Biblia de manera literal. Su búsqueda de encontrar y detener al Anticristo lo conduce a una odisea que desafía las normas convencionales del cine de terror y comedia.
Acompañado por dos personajes que aportan su propia dimensión a la historia, José María (Santiago Segura) y el profesor Cavan (Armando De Razza), Cura inicia su camino hacia la redención. José María, un vendedor de artículos religiosos con una perspectiva peculiar de la religión, y el excéntrico presentador de televisión Cavan, agregan un toque de absurdo y surrealismo a la trama. Su presencia enriquece la narrativa al aportar diferentes matices a la exploración de temas religiosos y existenciales.
La película se distingue por su habilidad para fusionar lo absurdo y lo macabro de manera magistral. A medida que Cura se adentra en su búsqueda apocalíptica, la película mantiene una tensión constante que se mezcla con momentos cómicos y escenas muy bizarras. Esta combinación crea un ritmo vertiginoso que mantiene al espectador cautivo y desconcertado a partes iguales, desafiando las expectativas cinematográficas tradicionales.
En última instancia, la trama de «El Día de la Bestia» no solo es un ejercicio inteligente en la reinvención de géneros, sino que también es una exploración de la condición humana y la búsqueda de la redención en un mundo cada vez más caótico y moralmente ambiguo. La película utiliza el viaje de Cura como un espejo para reflejar las luchas internas y la crisis de fe que enfrenta, al tiempo que cuestiona la relación entre la religión, la cultura popular y la decadencia de la sociedad contemporánea. Este enfoque reflexivo y provocador contribuye a la perdurabilidad de «El Día de la Bestia» como una obra maestra del cine español contemporáneo.
La intertextualidad como herramienta narrativa
Álex de la Iglesia, en «El Día de la Bestia,» despliega una notable destreza en el uso de la intertextualidad (*) como una herramienta narrativa poderosa. La película se presenta como un mosaico de referencias culturales que abarcan un espectro amplio que va desde elementos religiosos hasta referencias de la cultura popular. Esta rica amalgama de influencias y símbolos agrega profundidad y capas de significado a la trama, desafiando al espectador a descifrar sus múltiples estratos narrativos.
De manera ingeniosa, De la Iglesia teje estas referencias de manera cohesiva, creando un diálogo constante entre lo sagrado y lo profano, lo divino y lo mundano. A través de esta intertextualidad, la película sugiere que la moralidad y la decadencia están intrínsecamente conectadas en la sociedad contemporánea. Al usar la cultura popular como un vehículo para transmitir su mensaje, de la Iglesia insinúa que el Anticristo podría emerger de la misma cultura que seduce y consume a las masas.
Un ejemplo destacado de esta intertextualidad es la presencia recurrente de la música heavy metal, que se asocia comúnmente con la rebeldía y la iconoclasia. Esta elección musical no solo sirve como un medio para establecer un ambiente oscuro y ominoso, sino que también funciona como un comentario sobre cómo las fuerzas apocalípticas pueden surgir de la subcultura y la rebeldía contra las normas establecidas.
Además, las referencias a obras literarias como «El Exorcista» y «La Profecía» refuerzan la noción de que el mal y la destrucción son temas recurrentes en la cultura popular, lo que, a su vez, incita a la reflexión sobre la influencia de la cultura en la moralidad de la sociedad.
En resumen, la intertextualidad en «El Día de la Bestia» no solo enriquece la experiencia cinematográfica, sino que también sirve como un medio para explorar de manera provocadora y subversiva la relación entre la cultura, la moralidad y la decadencia de la sociedad moderna. Álex de la Iglesia utiliza esta técnica de manera magistral para tejer una narrativa que desafía las convenciones y obliga al espectador a cuestionarse profundamente las interacciones entre lo sagrado y lo profano en nuestra cultura contemporánea.

El simbolismo religioso y la búsqueda de la redención
«El Día de la Bestia» se adentra en las profundidades del simbolismo religioso y espiritual convirtiéndose en un estudio intrincado y enriquecedor sobre la búsqueda de la redención en un mundo turbulento y moralmente ambiguo.
El personaje central, el cura, encarnado magistralmente por Álex Angulo, se presenta como un protagonista profundamente complejo. Su viaje existencial es el núcleo de la película, y su búsqueda de la redención se convierte en una exploración introspectiva y a menudo incómoda de su propia naturaleza humana. La crisis de fe que experimenta es un reflejo de las dudas y cuestionamientos que pueden acosar a cualquier individuo en un momento de crisis existencial. El cura se ve forzado a confrontar no solo las fuerzas del mal externas, sino también sus propios demonios internos, lo que le da un carácter tridimensional y profundamente humano.
La película emplea el simbolismo religioso en varias capas. Por un lado, se sumerge en los aspectos más oscuros de la religión, explorando la posibilidad de que el mal y la destrucción puedan surgir incluso dentro de las instituciones religiosas. Esto desafía las nociones tradicionales de lo sagrado y pone de manifiesto las imperfecciones humanas que se infiltran en las estructuras religiosas.
El uso de lo grotesco y lo sobrenatural en la película agrega una dimensión adicional a la lucha interna del cura. Las imágenes perturbadoras y las situaciones escalofriantes sirven para subrayar la intensidad de su conflicto espiritual y la inminente llegada del Anticristo. Esta dualidad entre lo grotesco y lo sagrado crea un contraste impactante que resalta la complejidad de la experiencia humana y la eterna lucha entre el bien y el mal.
En última instancia, «El Día de la Bestia» trasciende los límites del cine de género para convertirse en una exploración filosófica y existencial sobre la redención y la naturaleza de la fe en un mundo moderno. A través del simbolismo religioso, la película invita a la reflexión sobre las cuestiones más profundas de la moralidad, la espiritualidad y la capacidad del individuo para encontrar la redención en medio del caos y la confusión de la vida contemporánea. Este enfoque intrincado y conmovedor contribuye en gran medida a la riqueza y la perdurabilidad de la obra de Álex de la Iglesia.
Valoración
«El Día de la Bestia» de Álex de la Iglesia es, para mi, una obra maestra que desafía las convenciones cinematográficas al mezclar géneros de manera audaz y provocativa. A través de su narrativa intrigante, su intertextualidad astuta y su simbolismo religioso y cultural profundo, la película ofrece una reflexión sobre la moralidad y la búsqueda de la redención en un mundo cada vez más decadente.
Es un ejemplo de cine español que trasciende las fronteras y sigue siendo relevante para las audiencias actuales.
(*) La intertextualidad es un concepto que se utiliza en la teoría literaria y cinematográfica para describir la relación y las conexiones que existen entre diferentes textos, ya sean literarios, cinematográficos, artísticos o culturales en general. Se refiere a la forma en que un texto se relaciona, hace referencia o se inspira en otros textos, ya sea de manera explícita o implícita. La intertextualidad puede manifestarse a través de citas directas, parodias, alusiones, referencias o similitudes temáticas y estilísticas entre obras.