Última actualización: 05/12/2023 17:02 (hora España peninsular)

En los albores del cine, las audiencias acudían a las salas no solo a ver películas, sino también a experimentar, de primera mano, uno de los inventos más revolucionarios de la historia del entretenimiento.

En este periodo de profunda innovación y creatividad, los cineastas de la epoca sembraron las bases de lo que sería el cine tal y como lo conocemos ahora. Siendo los años 20 un período de relativa calma, luego del desastre que significó la Primera Guerra Mundial, las masas corrían en busca de distracciones que les permitieran recuperar el tiempo que habían perdido durante el conflicto bélico.

En este post hemos querido rescatar algunas de las películas de los años 20 del siglo XX que nos han parecido más reseñables. Por importancia deberíamos haber hablado de las primeras películas sonoras… pero hemos preferido dejarlo para un artículo sobre el nacimiento del cine sonoro.

Cinco películas que destacan como algunas de las mejores en la decada de 1920

The Kid (1921)

Imposible hablar de la década de los veinte, y de la historia del cine en general, sin hacer referencia al gran Charlie Chaplin. The Kid fue el primer largometraje del cineasta, quien no solo protagonizó el filme, sino que también lo escribió, produjo, editó, e incluso escribió la banda sonora original para esta película muda.

A pesar de que es recordada como un clásico de la comedia, la historia tras bambalinas de The Kid es un poco menos graciosa. Chaplin usó como referencia su propia difícil infancia como referencia para múltiples escenas protagonizadas por el joven Jackie Coogan. Sin embargo, The Kid también sirvió como terapia para Chaplin, quien acababa de perder a su propio hijo.

De la película destacan, además del talento de Chaplin para la comedia física, efectos especiales que eran muy novedosos para la época. Se le llegó a comparar con las peripecias de Buster Keaton – otro hito del cine de la época y quien mantenía una sana rivalidad con Chaplin y el también comediante, Harold Lloyd.

Nosferatu (1922)

Si bien Drácula, la novela de Bram Stoker, introdujo a los vampiros a la cultura popular, Nosferatu estableció gran parte de la mitología moderna referente a estas criaturas de la noche. Dirigida por F. W. Murnau y estrenada en 1922, la película es considerada todo un ícono del cine de terror, y uno de los principales exponentes del expresionismo alemán de la década de 1920.

La historia gira en torno a la tenebrosa figura del huraño Conde Olrok. El Conde se interesa en comprar una casita en el pueblo de un agente de bienes raíces – sin embargo, se interesa aún más en la sangre de la hermosa esposa del pobre agente. El drama se asemeja bastante a la historia de Bram Stoker, solo que Murnau se tomó algunas libertades con los detalles.

A esta película le debemos ideas como que la luz del sol es letal para los vampiros. Por otro lado, el manejo de la luz y las sombras para generar un mayor efecto dramático ha inspirado a muchos cineastas a lo largo de la historia, siendo Tim Burton uno de los más notables seguidores del movimiento encabezado por Murnau.

Metropolis (1927)

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Metropolis es quizás una de las más brillantes películas de ciencia ficción jamás producidas. Dirigida por Fritz Lang y basada en un guion de Thea von Harbou, el largometraje explora las inequidades sociales que pueden existir aún en las sociedades más utópicas.

Más allá de la atemporalidad de la trama de Metropolis, la película ha pasado a ser parte fundamental de la historia del cine gracias a sus complejas miniaturas y convincentes efectos visuales. Uno de los productores, Eugen Schüfftan, creó una técnica que empleaba espejos para darle una sensación de magnitud mayor a las maquetas.

Metropolis fue víctima de grandes censuras y reediciones a lo largo de los años, lo que causó que gran parte de la película original se considerara perdida por décadas. Sin embargo, en 2010 pudieron encontrarse algunos negativos que contenían algunas escenas nunca antes vista luego de la década de los veinte. Ahora, gracias al internet, podemos disfrutar de Metropolis prácticamente en su totalidad, a casi un siglo de su estreno.

El hombre de la cámara (1929)

 

Como mencionábamos al inicio de nuestro paseo por la historia del cine, durante la década de 1920, algunos directores experimentaban con las limitaciones creativas del cine como medio de comunicación – y no había una institución más interesada en el poder de la comunicación de masas en ese entonces que la Unión Soviética.

Estrenada tan solo siete años después de la fundación del bloque soviético, El hombre de la cámara reflejaba el período experimental y tumultuoso que dominaba en el territorio que hoy conocemos como Ucrania. Dziga Vértov dirigió esta película altamente experimental, en la que proclamaba que no contaba con “la ayuda del teatro”.

Sin actores, guion, ni intertítulos, Vértov buscaba contar una historia de la manera más natural posible. De este modo, Vértov establecía lo que se conocería como el Kino Glaz: el Cine-Ojo. Aún en la actualidad, muchos de los ideales plasmados por Vértov en esta película son considerados bases para algunos documentalistas, quienes buscan recrear el naturalismo de la mirada de Vértov.

El hombre de la cámara

En este enlace puedes encontrar El hombre de la cámara subtitulada al español.

Un Chien Andalou (1929)

Teniendo en cuenta que el espíritu del cine de la década de 1920 fue uno de innovación y de una búsqueda constante de romper los límites del medio, es lo más correcto decir que Un Chien Andalou, de Luis Buñuel, es una de los más brillantes exponentes del cine producidos en dicha época.

Sí, es cierto: Un Chien Andalou (o Un Perro Andaluz, como se le conoce en los países hispanohablantes) es un cortometraje; sin embargo, dado que, para la época, aún era bastante común que los cortometrajes se exhibieran en los cines y teatros, la obra maestra de Buñuel clasifica fácilmente como la mejor película de la década.

Además de contar con el ojo artístico de Buñuel, el cortometraje también fue coescrito por nada menos que Salvador Dalí. Esta singular mezcla de talentos dio como resultado una de las películas más emblemáticas del cine mudo. Esta es una experiencia cinematográfica que definitivamente vale la pena ver, especialmente para los apasionados del surrealismo.

Conclusión

Antes de que Hollywood se estableciera como la Meca del cine, la creatividad de los cineastas del mundo se enfocaba en descubrir nuevas maneras de canalizar su potencial creativo a través de veinticuatro fotogramas por segundo.

Ya sea gracias a la comedia de Chaplin, a las excentricidades de Buñuel y Murnau, o al férreo realismo de Vértov y los realizadores soviéticos, el cine de la década de 1920 marcaría un antes y un después, no solo para el medio, sino para una sociedad que ahora veía al cine como su principal método de entretenimiento.

A pesar de que el sonido y los diálogos aún brillan por su ausencia en el cine de esta década, es de admirar como los cineastas de los veinte idearon la forma de comunicar todo aquello que les apasionaba con solo algunos intertítulos e ingeniosos trucos de cámara. Esta es, sin lugar a dudas, la época en la que el mundo conoció lo que era la “magia del cine”.

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